El segundo me sucedió hace unos años un 24 de diciembre. Eran las tres de la tarde e iba camino de la estación de tren para venir hacia mi casa. Nos habían dado la paga extra, entregado el lote y además yo tenía unos días de vacaciones (me sentía por unos segundos que sabía lo que sentía una persona que se cree superior). Recuerdo que iba pensando en lo afortunada que era cuando me paró un mendigo y me pidió algo de dinero para comer. Abrí el monedero y solo tenía un billete de €50, mi primera reacción fue decirle que lo sentía pero que no llevaba nada más pequeño no obstante en ese momento fue como si alguien me pusiera un espejo delante y me hiciera ver que yo iba a mi casa, con mi familia, calentita y contenta a celebrar las fiestas y a saber qué drama había dejado a ese hombre en la calle.

Le di los €50. Cogió el billete y se lo quedó mirando como si no entendiera, hizo ademán de devolverlo como si yo me hubiera equivocado y cuando le dije  "quédeselo y feliz navidad" me miró a los ojos con una expresión tan elocuente que no olvidaré nunca lo que me transmitió (mucho más de lo que se aprende en administración de empresas).  Continué mi camino y a los pocos segundos me gritó "y yo que no creía en los ángeles"…. probablemente parezca una idiotez no obstante, en ese momento me sentí la persona más feliz del mundo...

¡Excelente historia de coaching financiero personal!

 

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